
No vemos el mundo tal como es, sino tal como somos nosotros
Esta máxima nos muestra que, en todo momento, interpretamos todo lo que sucede en el mundo y a nuestro alrededor de forma subjetiva, y naturalmente así se distorsiona nuestra percepción de la realidad y nuestra forma de ser se refleja mucho en nuestra forma de percibir el mundo.
Efectivamente nuestra percepción individual del mundo, es decisiva a la hora de optar por enfrentar el mundo con optimismo y sacar algo positivo de casi todo, o convertirnos en personas pesimistas que enfrentan la vida lleno de dudas y miedos.
Acuérdate de que el optimista siempre ve el vaso medio lleno, mientras el pesimista ve el mismo vaso como medio vacío.